lunes, 24 de enero de 2011

Porque nada muere realmente, hasta que el recuerdo deja de existir.

¿Muerte? já, que gran enigma para todos. Nunca podremos saber, ni con ciencia ni con historia, ni con creencias ni con física, que habrá detrás de esa palabra. Pero siempre es bonito creer que sí hay algo después de esta compleja vida, ¿no? La teoría es que la materia ni se crea ni se destruye, solo cambia de estado, y los seres vivos somos materia. Sín más, todo el mundo la teme, teme a la muerte, ya que por naturaleza al fin y al cabo solo tememos a lo desconocido. No tiene más que pensar, si existen las almas o no, eso a los que se les hacen llamar fantasmas con asuntos pendientes que hacer, pero lo que sí está claro, es que no solo lo que tiene vida puede morir. Reflexiones de recuerdos, momentos vividos, relaciones... pueden morir fácilmente, y no metafóricamente. Pero realmente, siempre vas a recordar aquello que un día te hizo feliz, aunque hoy ya no sea igual o haya muerto hipotéticamente. Mientras lo recuerdes, no morirá; porque nada lo hace, si realmente sigues en vela por ello.

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